martes, 9 de febrero de 2010

Taxistas incongruentes

Teléfono Rojo
Eliseo Tejeda Olmos

De los taxistas se dice y ha escrito mucho. Son constante noticia en las páginas policíacas y protagonistas de incidentes en las calles de nuestra ciudad. Algunos políticos los consideran oráculos en cuanto a preferencias electorales y casi infalibles líderes de opinión.
Si escuchan de algún taxista que los ciudadanos prefieren a zutano o mengano, que están en contra de esto o de aquello, entonces consideran que las acciones de gobierno deberían ir en el sentido de lo que señalan los choferes de los autos de alquiler.
Vaya, desde que a Ricardo Arjona se le ocurrió escribir y arreglar la canción de “El taxista” hasta el más chimuelo de ellos masca tornillos si de conquistar a una mujer se trata. Y, claro, es innegable que ha mejorado el nivel intelectual de una buena parte del gremio, pues hay quienes además de manejar el coche por 8 o 10 torturantes horas en el tráfico de Xalapa, son abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, profesores y técnicos.
Casi al igual que los emigrantes a los Estados Unidos, ya cada xalapeño tiene en su familia a un taxista, directa o indirectamente. Con el aumento en la entrega de concesiones, no tardará en ocurrir lo anterior, si no es que ya ocurrió, que cada quien tenga un taxista cercano.
Pero dejémonos de extravíos y vamos a lo que quiero comentar en esta ocasión ¿por qué si se dice que hay más de 3 mil taxis en Xalapa y habrá más gracias a la entrega masiva de concesiones, los taxistas siguen dando tan mal servicio a los usuarios?
Y van como muestra, algunos botones.
Una señora con sus dos hijos, uno de ellos en brazos toma el taxi para que la lleve a determinado lugar, metros más adelante una joven hace la parada al taxi y pese a que este va ocupado, el chofer se para, pregunta a donde va la joven, le parece mejor la carrera y le dice a la primera pasajera que se baje del coche con sus hijos, la cual después de decirle unas cuantas verdades al chafirete, tiene que bajarse del coche de alquiler.
No uno, sino varios usuarios y usuarias de taxi están en plena avenida Enríquez en el área de ascenso y descenso del Palacio Municipal, llegan no uno, sino varios taxistas a dejar y subir pasaje y primero preguntan al ansioso peatón ¿a dónde va? ¡Que alguien me explique! como dice el personaje del comediante Derbez, ¿pues que ahora tenemos que adaptarnos al gusto del chafirete para que nos preste el servicio de taxi?
Si le gusta el destino o el usuario le cae bien al chafirete entonces este lo lleva. O si la solicitante del servicio es una mujer de buen ver, pues también la levanta, pero ay de aquel que le caiga mal al chofer en turno o lo encuentre de mal humor, porque entonces tendrá que seguir esperando a tener mejor suerte para el próximo taxi.
Amenazan algunos grupos de concesionarios y sus choferes con bloquear las calles del centro de Xalapa para protestar por la masiva entrega de concesiones porque sus ingresos se han visto harto mermados ¿De veras? Pues no lo parece con las groseras actitudes de muchos de los choferes.
Propongo a los ciudadanos un simple ejercicio para como en otras tareas que ha cumplido cuando de ejercer derechos se trata, ha tenido éxito. Pare al taxi y si le pregunta a dónde va y le niega el servicio, apunte el número de vehículo que debe ser bastante visible a menos que sea pirata.
Después cuando vea a sus familiares y amigos, páseles el número de la unidad de alquiler y en una acción de apoyo, pídales un boicot solidario en contra del chafirete consistente en no solicitarle servicio alguno. En corto plazo no verá resultados, pero a mediano y largo plazo sí, esa será la mejor y más efectiva sanción en contra de ese mal prestador de servicio público.
Tendrá que circular, como dicen el propio argot de los taxistas, de “perra flaca” ofreciendo el servicio a cuanto peatón tenga enfrente. Ojalá y aprendan la lección.
Porque si hay miles de taxis en la ciudad y el servicio continúa siendo de malo a pésimo, entonces son necesarios otras miles de concesiones más para que el negocio deje de ser atractivo para los flotilleros que también se dedican a otra actividad además de ser dueños de hasta una decena de vehículos de alquiler.
Entre esos flotilleros se encuentran funcionarios públicos, abogados, políticos de alto, medio y bajo pelo, líderes y vergonzosamente, hasta periodistas.
El ciudadano como siempre, aunque no lo crean, tiene el poder y la palabra, pasemos a la acción.

Comentarios: telefonorojo2006@yahoo.com.mx