Teléfono Rojo
Eliseo Tejeda Olmos
Confieso en primer término que el título de esta columna me lo fusilé del libelo que circula en la web para denostar a la actual Directora de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz, Gina Domínguez Colio. Me pareció pertinente dar mi versión sobre quien ahora es blanco de presiones de grandes empresarios de la comunicación que pretenden conservar privilegios monetarios, traducidos en millones de pesos y que al no encontrar eco a sus exigencias han enderezado sus “críticas” primero en contra de Gina Domínguez y después, claro, en contra del naciente gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Pues bien, coincidí por primera vez con Gina en las páginas de la Revista Impacto de Juan Bustillos Orozco allá en 1992, cuando ella era corresponsal en Quintana Roo y yo en Veracruz. Fue en el ejemplar no. 2277 del 5 de noviembre. En la portada la guapa Laura Flores, artista del momento. En las páginas 76 y 77 mi crónica del cuarto y último informe de gobierno de Dante Delgado Rannauro (recuerden que solamente cubrió un interinato de cuatro años) y en la 74 otra pequeña nota sin mi crédito del mensaje del gobernador electo de Veracruz, Patricio Chirinos Calero.
Poco tiempo después la hoy Directora de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz llegó a Xalapa y en efecto, tripulaba modesto un Volkswagen rojo. Quizá ella no lo recuerde y ahora menos que está tan ocupada, pero como ex compañeros de publicación me pidió algunas referencias sobre el ambiente laboral que con gusto le di como lo sigo haciendo con todos aquellos compañeros que me lo solicitan, de quien es quien en el periodismo local.
Recuerdo muy bien cómo prácticamente se hacía pedazos, como los periodistas de ayer, de hoy y mañana seguramente, para cumplir su trabajo en los noticieros de AvanRadio, especialmente los matutinos. Tiempos de mucho trabajo y más esfuerzo que lógicamente con el paso de muchos años han dado sus frutos como el de ocupar la gran responsabilidad del manejo de imagen del Gobierno de Veracruz.
Lo historia reciente de Gina Domínguez la saben casi todos los periodistas: se encargó de coordinar las tareas del equipo de prensa de la precampaña y la campaña de Javier Duarte de Ochoa. Si a este último pasaje, breve de unos cuantos meses nos vamos, pareciera que Gina se sacó la lotería, pero no es así, por eso mi referencia a cuándo y en dónde la conocí.
Una vez don Rubén Pabello Acosta me dijo: “mira Eliseo, si te atreves a alzar la cabeza por sobre el promedio de los demás, seguramente te vas a ganar críticas y perder supuestos amigos, la decisión es tuya”.
Eso está pasando con Gina Domínguez que no es una improvisada, sino una mujer de lucha y esfuerzo que ha llegado a donde está haciendo la tarea que le encargan, que sabe quién es quién en el periodismo veracruzano porque se ha desempeñado en sus turbulentas aguas desde ya casi dos décadas.
Esa es la Gina Domínguez que yo conozco y que muchos no conocen. Mujer fuerte que ha vencido los retos que se le han presentado en su constante y ascendente carrera.
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