viernes, 8 de septiembre de 2023

El tlatoani de Morena

Teléfono Rojo

Eliseo Tejeda Olmos

Quizá porque el Partido Revolucionario Institucional se mantuvo en los poderes federal, estatal y municipales por casi 80 años y no fue sino hasta la época de don Jesús Reyes Heroles como Secretario de Gobernación, cuando se promovió, alentó y comenzó la apertura democrática en México al grado de permitir el registro de partidos como el Comunista Mexicano que cobijó a políticos de la talla del ingeniero Heberto Castillo, es que se toma como referencia del autoritarismo presidencial y del tlatoani postrevolucionario.

Del PRI y con priistas descontentos surgieron los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano. En el PRD creció y se consolidó la figura del expriista Andrés Manuel López Obrador -aunque esto no lo consignen los libros de historia de México-, quien cuando no consiguió sus propósitos personales, los mismos que le llevaron a abandonar el PRI donde se nutrió ideológica y políticamente, lo abandonó para encabezar el Movimiento de Regeneración Nacional, hoy convertido en el partido político Morena.

La reciente elección de la presidenta nacional de los comités de defensa de la 4t, Claudia Sheinbaum, repite al que se consideraba como desaparecido esquema presidencial priista: el tlaloani decide quién será su sucesor, en este caso sucesora, y hasta le entrega el bastón de mando para que todos sus seguidores sepan que ella encabezará a Morena.

La similitud es tanta, que se repiten  los festejos del viejo PRI. Los morenistas -muchos de ellos expriistas bien y mal conocidos- salen a las principales plazas a aclamar a la elegida por el pueblo, incoherencia extrema porque se supone que Claudia fue designada por los porcentajes que arrojaron las encuestas realizadas a una parte de los militantes o simpatizantes de Morena, lo que se llamó antes proceso interno de los partidos políticos.

Al igual que en los mejores tiempos del tricolor y de manera más abierta, el presidente López Obrador dio el banderazo a los aspirantes a la coordinación nacional de los comités de defensa de la 4t. En tiempos del PRI se les mencionaba como precandidatos y cuando el presidente en turno del partido después de reunirse con el Jefe del Ejecutivo nacional anunciaba en la sede priista al ungido, los demás precandidatos se disciplinaban y felicitaban al triunfador, quedando a la espera de obtener posteriormente un encargo público de consolación.

Lo mismo sucede hoy, cuando Augusto López (Morena); Gerardo Fernández Noroña (PT) y Manuel Velasco (Verde Ecologista) esperarán el pago en tiempo del tlatoani López con cargos públicos y posiciones políticas en el Senado de la República, Cámaras de Diputados federales y estatales y gubernaturas.

En Veracruz, donde el gobernador Cuitláhuac García Jiménez salió al balcón de su Palacio de Gobierno para festejar el triunfo de Claudia a quien, sin recato alguno apoyó también esperan el pago de facturas políticas. 

Abajo, en la plaza Lerdo, el pueblo convocado por su primo Eleazar Guerrero, subsecretario de Finanzas del Gobierno del Estado de Veracruz y entre los que se encontraban destacadas figuras como el temeroso y amenazado de muerte, Juan Javier Gómez Cazarín y sus diputados locales afines y conocidos expriistas, ondeaba banderas de Morena y de Claudia.

Solo cambiaron algunos actores y colores, el escenario fue el mismo con la diferencia que antes el ejecutivo estatal disimulaba su entusiasmo y se esforzaba en aparentar un carácter democrático.

Y pues bien, resuelta en el ámbito nacional la sucesión, acá en la patria chica se empieza a placear Rocío Nahle con el convencimiento de que al igual que su amiga Claudia, el bastonazo (no dedazo) la elija como candidata de Morena a la gubernatura de Veracruz y así cerrar la pinza en lo que al interés local se refiere. Ya están alzando la mano el casi hermano de Cuitláhuac, el secretario de Educación, Zenyazen Escobar García y la secretaria del Trabajo, Dorheny Cayetano (sin el García) cuyo único mérito es su cercanía con el gobernador.

¿Qué hará Marcelo Ebrard con su supuesto disgusto ante las anomalías en el proceso interno de las encuestas de Morena?

Algunos creen que, como en el beisbol del cual es aficionado el presidente Andrés Manuel, hará la finta y aceptará la candidatura a la Presidencia de la República Mexicana por Movimiento Ciudadano, el partido del ex priista Dante Delgado Rannauro y de ese modo restará votos a la virtual candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez y confirmará de nuevo su lealtad a los propósitos del tlatoani para conservar el Poder Ejecutivo en México.

Acá en Veracruz, un papel similar podría cumplir Eric Cisneros Burgos, si es postulado por uno o más de los partidos satélites y beneficiarios de Morena, para la gubernatura, senaduría, diputación federal o local y de esa manera restarle votos al abanderado del FAM, jugada política que beneficiaría a Rocío Nahle para asegurar su victoria en la elección de gobernador de Veracruz para el 2024.

Para finalizar, también en la época del defenestrado PRI se simulaban grandes pleitos entre los que habían sido aliados y de ese modo engañaban al pueblo y para que una élite en el poder político, ajena como siempre a los intereses y reclamos ciudadanos permaneciera en el poder.