Eliseo Tejeda Olmos
Sé que hay muchos temas políticos
importantes tanto en el ámbito nacional, como el local. Ya se vienen las
precampañas a las candidaturas de la Presidencia de la República por parte de
los aspirantes de los diferentes partidos políticos que se apuntan para la
contienda.
En los estados, quienes aspiran a
una cómoda silla con diseño y forro de piel italiana en el Senado de la
República, ya andan en desayunos, comidas y cenas con quienes creen que influirán
en la designación partidista y no se diga aquellos que quieren una de las 500
sillas en la Cámara federal de diputados.
Tres son las candidaturas más
ambicionadas y porque de ellas dependerán las otras: las presidenciales del
PRI, PAN y PRD. Los hombres y los nombres se mueven ya dejando de lado lo que
realmente afecta a un 99 por ciento de la población mexicana.
Bajos salarios, alto desempleo,
menos oportunidades de desarrollo profesional para las y los jóvenes, pensiones
en riesgos de los adultos mayores, inseguridad y salud, son temas primordiales
para los mexicanos y mexicanas, pero para quienes ya buscan las precandidaturas
esos no son importantes ni para el discurso siquiera, por el momento.
Me pregunto cuántos asistirán a
la ceremonia “del grito” del jueves 15 de septiembre, pues mucha gente dice
tener miedo, pero cuando veo las plazas comerciales llenas un rato después de
que en sus alrededores se registraron “incidentes” u “operativos” y las
personas cumpliendo sus gustos y rutinas como si nada hubiera pasado, casi
estoy seguro que muchos irán a “gritar” a las plazas de la ciudad de México,
capitales de los estados y cabeceras municipales.
Eso tendrá como siempre lecturas
diferentes, pero para quienes gobiernan en los tres ámbitos: federal, estatal y
municipal, les permitirá expresar alegremente y con justificación que somos un
país que supera sus problemas, en el que los buenos son más que los malos, que
siempre avanzaremos por sobre la adversidad.
Por mi parte yo me congratulo de
haber superado una delicada crisis de salud que tuve apenas escribí mi
colaboración anterior y que bien pudiera haberse titulado: escribir hasta el
final.
En esa lógica habría que esperar más enroques o despidos, pues quizá a
muchos funcionarios gubernamentales en el estado que se sienten más seguros que
la Plaza Lerdo frente al Palacio de Gobierno, se les olvidó que desde un
principio el Gobernador Duarte aclaró que el único seguro es precisamente
Javier Duarte de Ochoa, de ahí para abajo, habría que poner las barbas a
remojar y con más razones si en lo interno saben que no están siendo ni
eficientes ni eficaces en las tareas que les han encomendado y solamente se
están dedicando a la alegre declaracionitis.
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PD.- Agradezco profundamente la
solidaridad y preocupación de mis compañeros periodistas y amigos que
estuvieron al pendiente del delicado estado de salud en el que caí la semana
pasada y del que todavía permanezco convaleciente.
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